Eramos buenmoz@s

Una vez leí que una sociedad se define no por ser un conjunto de seres humanos que la componen pero por las relaciones invisibles que hacen que esos individuos se mantengan juntos. Mirando las fotos que puse (antes que la entropía las haga desaparecer para siempre), esos momentos fijos en el papel, esos fotones atrapados en papeles con las ya desaparecidas sales de plata, traen recuerdos de viajes, momentos, aires y ruidos que ya se fueron. No hay nostalgia, solo alegría de poder verlas y  sentir lo que fuimos, ya no es; lo que soñamos a lo mejor ya se olvidó y que la historia hizo de cada uno de nosotros, seres  independientes, autónomos y que cada uno fue creando esa micro sociedad, que se llama familia, tomando formas que no imaginamos cuando estábamos a la orilla de la playa, en la escuela o en el campo.

Los nombres de algunos se olvidaron, quizás Uds. puedan recordarlos. Otros tomaron un camino sin vuelta y no miraron hacia atrás. Cuando pienso en la extensión que nuestras vidas ha ido tomando, repartiéndose por el mundo o quedándose apegados a la tierra, al espacio que los vio nacer y crecer. Pienso muchas veces en las lenguas aprendidas y las lenguas olvidadas. No puedo, dejar de admirar la naturaleza humana, la fuerza de la historia que hizo de nosotros seres que tienen un origen en tierras lejanas y que tienen también una extensión en el tiempo que no podemos prever.

Hay historias que no se conocen con certitud, solo algunos retazos rescatados en diálogos esparcidos. Somos producto de la trashumancia y como si lo tuviéramos muy marcado en los genes, continuamos a reproducirla, a ser parte de ella. En este puto invierno caníbal, que muerde las mejillas con rabia, de  la tierra que habito, cuando el sol brilla y la nieve con su albedo nos hace cerrar los ojos para poder ver, pienso en eso.  La historia hizo que pusiera mis pies y mi conciencia en esta tierra y que regara raíces para crecer y multiplicarme. Mi existencia aquí no está lejos de lo que mi imaginario de la nieve y de los inviernos fríos, era alimentado tempranamente por unos calendarios provenientes de Suiza que recibía el viejo en su vieja relojería.  Es el tic-tac del tiempo, ese sempiterno eco de los relojes que acompañaron nuestra infancia, invisible y constante en la pequeña soledad de la distancia de los primeros años hasta el presente, en que las tecnologías nos permiten mas intercambios.

 Cada cual encontrará sus recuerdos en esa fotos. Sus momentos de alegría y sus penas. Cada cual verá en ellas lo que quiere ver. Estoy seguro que algunas los harán reír. Mi madre, un poco germanófila, nos mandó hacer esos horribles sombreros tirolés para llevarnos en un maravilloso viaje al sur. Para mimetizarnos con los rubios alemanes del sur? yo pelo tieso y corto, demasiado corto para  mi gusto, nos decía que el estilo era a lo Alemán.  Siempre me pregunté y cuando pude le pregunté y su respuesta siempre fue : era la moda!.  Misterios que ya están perdidos para siempre en el fondo de su vieja memoria.

Puse la fotos sin un orden preciso, con un programa que estoy explorando. Tengo otras, vendrán mas tarde seguramente… mientras tanto disfrútenlas.

One thought on “Eramos buenmoz@s

  1. Gracias ! Esas fotos están para disfrutarlas ! Muchas no las había visto nunca… Ese retrato de mi viejo… ni siquiera sé cuantos años tenia en esa foto. no de estos días me contarás quienes son los que están en cada una de ellas. Un abrazo !

Laisser un commentaire

Votre adresse de messagerie ne sera pas publiée. Les champs obligatoires sont indiqués avec *