Asi comienza su articulo un editorialista del Globe and Mail[i]. Imagine – escribe el autor – que Ud. está en su casa con su hijo de 6 años y con su hija de ocho. Que golpean la puerta y la policía o un representante del Estado le ordenan entregar sus hijos. Imagine que Ud. sea uno de los niños. Que lo pusieron arriba de un camión y de un avión y que lo conducen con otra centena de niños a un lugar desconocido. Que llegando al lugar le cortan el pelo, le sacan la ropa que su madre confeccionó y que la queman; que lo castigan por hablar la lengua materna y en muchos casos abusados sicológica y sexualmente en toda impunidad. Imagine dice el editorial…
Podría ser la historia de un país totalitario, de esos que la propaganda nos acostumbra a mostrar. Corea del norte? Cuba[ii]? No, esto ocurrió aquí en Canadá!
De solo imaginar, un sentimiento de tristeza aprieta el corazón. Como los testimonios entrecortados que han estado saliendo en los noticieros. Con sollozos el diputado, del partido Neo Demócrata, Romeo Saganash, relataba cómo lo sacaron a tirones de los brazos de su madre a los seis años, como su hermano murió en un pensionado sin que nadie supiera de qué y cómo su madre encontró su tumba después de 40 años de intensa búsqueda. O ese anciano, que se presento a la Comision con la maleta que sus padres le entregaron y describe el momento en que de un hidroavión bajan los representantes del Estado se lo llevan a él y todos los niños de su comunidad entre cinco y 8 años.
Canadá implantó una política de Genocidio Cultural. Esa es la conclusión a la que llegaron los miembros de la Comisión de Verdad y Reconciliación después de siete años de trabajos y de haber escuchado testimonios dolorosos de 6 750 autóctonos de diferentes naciones. Los gobiernos de entonces pusieron en pie una política sistemática para erradicar los niños de sus comunidades y ponerlos en «Pensionados autóctonos», que estuvieron activos desde 1870 hasta 1970. El último pensionado financiado por el gobierno cerró sus puertas el año 96. Durante un poco más de un siglo, 150 000 niños estuvieron en 139 establecimientos. Al menos 3 200 murieron durante la estadía en estos pensionados, teniendo una tasa de mortalidad infantil más alta (1 sobre 26) que la de los soldados canadienses durante la Primera guerra mundial (1 sobre 25)[iii]. Los sobrevivientes y descendientes han sido marcados para siempre y tienen muchas dificultades para encontrar un lugar en la sociedad donde los prejuicios del pasado están aún vivos en las mentalidades de los ciudadanos. Según un sondaje del 2013, 60% de los canadienses estiman que las Primeras Naciones, Los Inuit y Mestizos son responsables de sus problemas.
Como se puede describir el haber desarraigado más de 150 000 niños de sus familias en 120 años de políticas de asimilación cultural forzada? Según las palabras del padre de la Confederación canadiense John A. Macdonald, había que «sacar el indio de cada niño». Las consecuencias de este acto, son hoy inconmensurables. «Lejos de sus familias y de sus comunidades, siete generaciones de niños autóctonos fueron privados de su identidad – declaró el antiguo juez y presidente de la Comisión, Murray Sinclair. Cortados de su lengua, de su cultura, de sus tradiciones espirituales y de sus historias colectivas, estos niños fueron incapaces de responder a preguntas simples tales como de dónde vengo? adónde voy? porqué estoy aquí? y quién soy? La marca de comercio de los pensionados autóctonos fue de sacar la cultura considerada como inferior para remplazarla por una cultura considerada como superior. La esencia misma del colonialismo»[iv]
Pero el gobierno se niega llamar las cosas por su nombre. Negándose a utilizar la palabra Genocidio cultural, Harper habla de Asimilación forzada. Sin embargo, todas las instancias políticas, sociales y culturales están pidiendo un reconocimiento claro que lo que paso fue un Genocidio Cultural. Para las necesidades de reconciliación, ya que mucho queda por hacer. Las comunidades autóctonas son las más marginalizadas. Los problemas sociales se han agravado y no es raro ver reportajes sobre la situación de extrema pobreza que existe en comunidades alejadas del Quebec. Actualmente más de 1 000 mujeres autóctonas han desaparecido. Hace algunos años, me tocó organizar un Coloquio sobre los Feminicidios[v] (2005). Fue la primera vez que escuchamos del problema. Hasta hoy el gobierno se ha negado de crear una comisión de investigación sobre éstas desapariciones.
Imagine, digo yo, las cosas que podemos aprender de estos pueblos. Sobre el respeto a la naturaleza, sobre la historia y sobre las luchas que han sido invisibles. Sobre la concepción de la vida y de la tierra. Sobre el futuro. Imagine, porque en ellos está la esencia de la sobrevivencia.
[i] http://www.courrierinternational.com/article/canada-amerindiens-un-genocide-culturel
[ii] Operación Peter Pan « El 26 de Octubre de 1960 a las 20:00 horas, en el programa Noticiero de Francisco Gutiérrez en Radio Cuba Libre (Radio Swan1), una de las estaciones puesta en marcha por la CIA, se emiten mensajes al pueblo cubano para crear alarma y desasosiego: “¡Madre cubana, escucha esto! la próxima ley del gobierno será quitarte a tus hijos de entre 5 y 18 años…” “¡Madre cubana, no te dejes quitar a tu hijo! Es la nueva ley del gobierno (…), cuando esto ocurra serán unos monstruos del materialismo. Fidel se va a convertir en la madre suprema de Cuba…” Durante meses se emiten estos mensajes y dan señales precisas: “¡Atención cubano! Ve a la iglesia y sigue las orientaciones del Clero”.» in http://larepublica.es/2013/10/25/operacion-peter-pan-eeuu-y-los-ninos-robados-a-cuba/
[iii] Yves Boivert, La Presse Jeudi 4 juin 2015
[iv] Helène Buzzetti, Le Devoir 3 juin 2015
[v] *FÉMINICIDES* – la violence faite aux femmes et l’impunité en Amérique latine