Después de semanas de dolor de espalda, de estar inmovilizado en mi cabeza, por diferentes motivos: trabajo, tiempo que se acorta con los años, vuelvo a escribir en este sitio que he creado. El otoño volvió y ya se fue. Nevó y hace frio y en mi cabeza he tenido muchos textos que no he llegado a escribir. Hice el video que está arriba, pensando un poco porque me preocupa el futuro de este planeta y de lo que dejaremos para esa generación y después de haber visto el film «Interstellar». Me inspiró su trama de fondo ese futuro en que la población de este sufrido planeta tiene que abandonarlo porqué se está convirtiendo inviable para la vida humana. «La tierra va a morir» -dicen- y parten en exploración para encontrar un nuevo hogar. Para empezar la tierra no morirá, ¡nosotros sí!
Una gota en el vaso de mi ya asqueada paciencia con la situación actual, la puso la visita, a Canadá, a principio de este mes, del insignificante Presidente francés Hollande. Se fue directo a Alberta a visitar los campos petroleros de arenas bituminosas ya que los intereses de Total, seguramente se lo exigen así. Allá da un discurso con el otro insignificante de aquí para darse buena conciencia sobre los cambios climáticos. ¡Putain! Mi taza de café salió como un misil hacia la pantalla y me quedé sin tele!
Están tan conscientes y es tan grande es su preocupación sobre los cambios climáticos, nos quisieron hacer creer, con una Declaración conjunta con todas las mentiras de intenciones que tienen todas las declaraciones conjuntas habidas y por haber. Mientras que en esta Provincia se está discutiendo la posible construcción de un oleoducto desde Alberta hasta el este del Quebec que traería el petróleo de las Arenas bituminosas a un puerto dónde seria embarcado en grandes petroleros destino a los mercados mundiales. Todo un movimiento social se ha puesto en marcha para impedirlo. El problema es que el petróleo de Alberta es una tragedia para la humanidad. Es el más contaminante que existe. Además el gobierno liberal de Quebec ha autorizado la exploración de petróleo en la isla de Anticosti, situada en medio del rio San Lorenzo. Pero no solo, le ha dado a esas compañías los mejores tratos a nivel de impuestos y regalías, también ha pasado a llevar los mecanismos de control ambiental. La exploración se haría la sala cuna de las Belugas. Las Belugas son una especie de ballenas blancas que están en vías de extinción y un esfuerzo científico de más de 30 años ha parado por el momento su completa desaparición.
Es ahí donde mi mostaza sube de varios pisos. Es que existe un lazo incestuoso de estas grandes empresas transnacionales con los gobiernos. Los Conservadores en el poder son los serviles empleados públicos de estas empresas. En los 8 años de en el poder, han silenciado los científicos que trabajan en el tema del cambio climático, se han atacado a los refugiados, creado una oficina sobre las libertades religiosas, ¡fundamentalismo obliga! y muchas otras cosas que hacían de Canadá un país con cierto prestigio internacional. Pero sigamos con su política en favor de los petroleros. Nos inundan de propaganda sobre los beneficios de sus proyectos. Más de 12 mil millones de dólares de fondos públicos han sido concedidos en subvenciones para esas compañías. Ha respondido a las demandas de las compañías, retirándose vergonzosamente del tratado de Kioto, boicoteando todas las negociaciones sobre un acuerdo climático en la escena internacional, acusando a las organizaciones ecológicas de ser eco terroristas y atacándose a las organizaciones no gubernamentales mandándoles los verificadores fiscales y retirándoles los números de caridad, que les permite dar recibos de impuesto para sus donadores, y así terminar de silenciarlas. A nosotros, la organización donde trabajo, puede que nos caigan los verificadores ya que organizamos el primer Tribunal permanente de los pueblos (*) sobre las compañías mineras canadienses (sus otros aliados) en América latina. La semana pasada se divulgó un documento de una agencia de relaciones públicas contratada por las compañías petroleras recomendaba a Enbridge, la compañía patrocinadora del oleoducto, para obtener la aceptabilidad social de simplemente crear un movimiento social (falso) a favor del oleoducto.
Todos estamos al corriente que urge un cambio de dirección en materia de emisiones de gases a efecto de invernadero. Hoy 24 de noviembre, el banco Mundial alertó de la amenaza para la seguridad alimentaria producto del recalentamiento planetario. Los científicos ya han sonado la alarma pero los gobiernos continúan, como la orquesta del Titanic, tocando sus repetidas partituras sobre el crecimiento económico, la creación de riquezas. Ésta se hace para unos pocos, se hace en detrimento de la naturaleza y de los pueblos autóctonos del planeta. Según John Ralston Saul, un intelectual canadiense, esposo de una ex gobernadora de Canadá (representante de la Reina de Inglaterra) sufrimos un Coup d’État de las corporaciones y vivimos bajo la dictadura de éstas. Saul dice en su libro algo que hace mucho tiempo pienso:
«Lo he dicho en otras partes, medio en serio, que los únicos marxistas que funcionan hoy (por su determinismo económico) enseñan en la Escuela de Economía de Chicago y administran las grandes corporaciones. Puedo añadir que esta gente son los verdaderos descendientes de Benito Mussolini»[i].
Como no partir a manifestar, indignarse y protestar cuando se mira el mundo actual. Cuando en Estado Unidos por ejemplo, el salario de los siete más altos dirigentes empresariales de ese país sobrepasó en el 2013 el monto pagado por sus empresas en impuesto federal sobre los beneficios. Esa es la norma hoy en todas partes.
Es que me da asco, cuando salen los comentaristas de siempre justificando los cortes en los programas sociales, hablando que son las consecuencias de la mundialización, de la modernidad y de un nueva era que vivimos. Foutaises! Me da asco cuando en México se mata impunemente y se descubren fosas por doquier y el Presidente (que no fue capaz de nombrar tres libros que lo hubieran influenciado en su vida) envía a su mujer para explicar su mansión de 7 millones de dólares que le construyó una compañía que benefició durante su mandato de gobernador. No les contaré la historia de horror que me contó Napoleón Gómez Urrutia hace poco sobre la mina Pasta de Conchos donde murieron 65 mineros.
Bueno me cansé… porque miro mis nietos, los miro cada vez que estoy con ellos, me rio de sus acciones, de sus palabras, van llenando mi vida, van dándole energía a nuestras vidas de abuelos y cada vez que los dejo y vuelvo a mi trabajo, me dan ganas de tomar una nave interestelar y buscar otro planeta (by the way, si miran al película, en el planeta donde está el Dr Mann, es igual que aquí en invierno) dónde todos estos fachos no tengan cabida. Apago mi radio que toca un viejo blues y me marcho a caminar con un frio caníbal que muerde los dedos de los pies, las manos y las mejillas.
[i] «I’ve said elsewhere, at least have seriously, that the only true Marxists functioning today teach in the Chicago School of Economics and manage our large corporations. I could add that these same people are the true descendants of Benito Mussolini. » The Unconscious Civilisation, John Ralston Saul, Free Press, 1995
Comparto el fondo.
No podría ser de otra forma, compartimos -en aquellos años mozos- los ideales de forjar un mundo mejor y si no lo fue para nosostros, lo será alguna vez para nuestros hijos, nietos y bisnietos. Ojalá (quiera Dios).
También estoy indignado. Pero también me hago cargo… algo de responsabilidad tenemos en esto (sino, bastante) , por silentes, por falta de método, por inoportunos, por exceso de paz y amor y hierba… como sea.
No basta con estar indignados, hay que actuar, proveer de ideas, de siembras nuevas, de nuevos sueños, no sólo de restaños y reclamos. No escuchan.
Indigno es aquello no digno para las personas, aquello que atenta en lo esencial, al espíritu que nos mueve, al hálito que provee el oxigeno indispensable para la vida.
Hemos fallado en transmitir valores de vida y de nobleza, únicas emociones capaces de vencer a la razón de la sinrazón. No hemos sido capaces de transmitir a las nuevas generaciones la importancia del otro en la convivencia, la importancia del grupo, de la comunidad y de la familia por sobre el individualismo inconducente y suicida.
Pero aún tenemos Tierra, y Territorios y Gente Buena, aún hay ganas e ideas, hijos, nietos, niños del mundo entero. ¡Qué mejor incentivo!
Estoy aquí dispuesto y disponible para colaborar y sembrar. Estás en mi corazón.
Hola Gerardo, gracias y felicitaciones por los textos, las fotos, los videos, el blog en general.
Aunque estoy de acuerdo con el combate ecologista creo que que este no se puede sustraer ni anteponer al problema político. Este es el asunto fundamental la fuente del problema y de su resolución.
Aún sabiendo del estado catastrófico del planeta la mayor parte de los ciudadanos comunes y corrientes querrán hacerse con el último modelo de teléfono (incluso si ya poseen una colección “obsoleta” en casa). Para que hablar del afán de riqueza de los más ricos o de los proyectos de las multinacionales.
El único progreso humano es el cultural, con esto entiendo que cada persona debe adquirir consciencia de la realidad a fin que llegue a ser responsable. Solo el individuo consciente puede obrar en su propio “detrimento” pero en beneficio del futuro.
Aquí en Europa occidental aquel que no es hedonista es mal percibido. Pregunta: puede o quiere o le interesa al sistema actual producir tales personas responsables. Respuesta: no al contrario. Si hasta hacen lo posible por que no se incumba ni siquiera en su tan cacareada “democracia”.
Creo que luchando contra el sistema se llega de manera más cultural (convencida) a la necesidad de preservar la naturaleza.
Cuando solo se emplean argumentos “ecológicos” en algún momento habrá una inflexión de compromiso y de comprensión a la explotación de la naturaleza por el afán de lucro. Creo que sería escandaloso también exigir consciencia ecológica a aquellos que apenas pueden sobrevivir, que representa una buena parte de los habitantes del planeta.
Seria bueno recordar que 40.000 niños mueren diariamente de hambre y enfermedades curables (con cifras no actualizadas). Una bomba atómica cada día en el tercer mundo.
Cuando estos problemas urgentes sean resueltos -y serán resueltos con el remplazo del sistema actual- una buena parte de los problemas ecológicos también habrán desaparecido.
Hay urgencias y urgencias.
Saludos, J. Carlos.