A veces uno no sabe como el tiempo va pasando. Los días de invierno cambiantes, unos nevando, otros de sol; fríos o más tibios, señalando que algo pasa con el clima, un caos tranquilo que anuncia una pronta calamidad. El tiempo va pasando. Y los tiempos están a veces marcados por la absoluta incongruencia de la historia. Los sueños se van martirizando con el paso de los días, la gripe te abraza y la fatiga también.
Cada día que pasa, miro los avisos, lo que puede cuadrar en la nueva vida que uno busca, que quiero hacer para terminar la vida en busca de esa tranquilidad que puedan dar lo ingresos decentes de una vida consagrada a un trabajo decente… pero miro los tiempos presentes, donde pareciera que la huella que deja en las sociedades las carreras por el ganar más, se transforma en una destrucción masiva de los valores humanos, de la solidaridad y la desesperanza va ganado terreno en lo límite de lo aceptable. Vivimos tiempos frágiles donde todo puede pasar.
Porque pareciera a simple vista que todo lo irracional va en un crescendo. No hablemos de las elecciones en USA, donde los muros son aceptados como soluciones a una catástrofe mundial producida por un modelo que sigue siendo ensalzado por los poderosos de siempre. Basta mirar los muros construidos y en construcción en varios países. Nada pareciera romper esa barrera irracional. Mirando desde aquí, desde lejos otros horizontes, encuentro que lugares que tenían certitudes históricas se están despertando en medio de una pesadilla social a la cual los individuos se sienten completamente desarmados. Son esos pequeños horrores cotidianos, esos escándalos que hunden poblaciones en los silencios impotentes de los que no tienen voz. Guerras reales, que empujan poblaciones enteras hacia caminos de muerte están ocurriendo. Cinismo casi mágico aparece todos los días en los comentarios mediocres de tantos periodistas. Me viene a la cabeza el documental Manufacturing Consent de Comsky. No necesito nombrarlos, creo que cada cual puede nombrar esos lugares según su conveniencia no?
Presidentes, Primer ministros y ministros solo repiten lo que alguien en algún lugar les dice que repetir. Porque la democracia ha sido raptada por las multinacionales, bajo el arma de tratados de libre comercio y de libre mercado. Mientras tanto el Mediterráneo va tragando vidas como si fueran granos de un trigo sin florecer. Por todos lados avanza una guerra hacia las mujeres, hacia sus derechos de ser consideradas adultos capaces de decidir de sus destinos. Hombres religiosos que van tendenciosamente poniendo sus argumentos en la plaza política haciendo encoger aun más el tejido que separaba el Estado de la Religión. Un Papa, que dice tantas cosas en un país de muerte, de la Santa muerte, negándose recibir a los padres de los 43 jóvenes desaparecidos. Parece un broma, ver tantos pobres esperando el milagro… alguien debe reír muy fuerte por ahí!
No todo progreso es buen progreso creo profundamente. La Moral de la modernidad occidental se está cayendo como los muros de un viejo edificio sin cuidar. Nuestros tiempos y revoluciones logradas o fallidas, traían en sí, un germen del Siglo de la Luces, de la Razón con un sabor cultural. Hoy el sentimiento anti-occidental ha ido ocupando el espacio mediático que el neoliberalismo les ha ido abriendo, porque necesita para seguir en el poder dejar que el mundo entre en el ciclo final de la guerra perpetua. Y el miedo invade los espíritus. Los chinos y los rusos, se yerguen contra la hipocresía occidental aceptando sin embargo el modelo que destruye las vidas, hace el aire irrespirable en las ciudades y continúan destruyendo una buena parte del mundo. No hablemos de los locos de Dios, que aman la obscuridad de una religión mortal en su esencia (estoy de acuerdo con el escritor argelino Kamel Daoud cuando señala que el sexo es un fantasma que recorre las tierras del Islam)
Y Occidente tiene miedo. Máquinas rayos x en los aeropuertos, vigilancia de todos y de cada uno. Mentiras asquerosas para justificar lo injustificable. Vivimos un mundo Panóptico, esencia misma del mundo capitalista actual, donde producción y disciplina mantienen relaciones estrechas. Este mundo Panóptico, tiene hoy tubos reales de fibra de vidrio y funciona con los clics evidentes de cada día. Y la vida privada se vuelve virtual y vendible a costa de nuestra libertad.
A veces me gustaría encontrar Un Cabaret Voltaire… en algún rincón del mundo para darle a la vida un poco mas de dadaísmo, porque cada vez que enfrentamos una crisis existencial una nueva estética debe nacer. Artistas, poetas, diseñadores quiebran las viejas maneras de pensar y empujan el pensamiento hacia nuevos caminos. Ahora que el mundo, está viviendo esta crisis mundial, mas el cambio climático que puede llevarnos a mas de 10 000 años de una edad obscura, necesitamos un nuevo movimiento Dada para empezar de nuevo.
Quizás?
Veo que las utopías ya no te ayudan al pasar diario. Eso era lo que trataba de explicarte, ahora solo te alegrara saber que nuestra existencia es limitada.
Besos,
GA